Te voy a contar una historia que quiero que te la vayas imaginando lo más vívidamente posible. Aunque no parezca, tiene todo que ver con Transformación.
Imaginate un lugar seco, árido, bajo el sol calcinante. Tan solo de imaginártelo te da calor. El piso está polvoso, agrietado. No hay vegetación, lo único que parece moverse por ahí son escorpiones, y aún ellos andan a prisa por lo inhóspito del lugar. No ha llovido en mucho tiempo. Parece que nada vive en él.
De pronto, quién sabe de dónde, ¡splash! Cae una gota. Por supuesto casi de inmediato se evapora. Al poco tiempo cae otra y luego otra, de las primeras se evaporan, pero pronto ya la temperatura de la superficie no es tan alta y en lugar de evaporarse al contacto, las gotas comienzan a filtrarse entre las grietas.
El área se sigue viendo seca, pero cada gota que se filtra va saturando el terreno y la grietas comienzan a borrarse con el lodo que se ha comenzado a formar. Después de un rato, ese piso no puede absorber mas água y comienza a hacerse un charco aquí y un charco allá.
De pronto, del mismo piso sale un sapo que ha pasado la mitad de su vida como muerto en vida esperando que algo lo despertara de su letargo. Luego aparece otro y otro más.
Mientras la lluvia sigue, otros insectos y animales se acercan a vivir una vez más luego de meses, tal vez años de solo sobrevivir. Incluso peces nacen de huevos que estuvieron enterrados todo este tiempo.
En poco tiempo, ese paraje seco y yermo hierve de vida. ES la vida misma y a las orillas del estanque que se formó y dentro del mismo estanque, miles de seres vivos, plantas y animales de todo tipo comienza a vivir. Lo que era aparentemente la definición de la muerte se ha transformado en una posibilidad infinita.
Y todo comenzó con una gota. Luego otra y luego muchas más.
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