La vida que vives no es la que quieres, tus resultados no son los que quieres. ¿Te digo un secreto? Se trata de ti y del freno que tienes puesto en tu vida. Se trata del miedo a que algo salga mal, se trata de tu terror a que te rechace la gente. Se trata de tus límites. No tus límites reales, sino los imaginarios.
Todos tenemos limitantes reales, la edad, la complexión física, la presencia o ausencia de ciertos talentos para ciertas cosas, casi todas nuestras características biológicas son en cierto modo limitantes, pero no son ellas las que definen nuestro desempeño en la vida diaria, a menos que me haga inmensamente infeliz no poder jugar fútbol como Maradona o no tener alas para volar. Me refiero a los resultados que puedo obtener dentro de mis características biológicas. Esos resultados de la vida diaria son los importantes, porque no importa si yo tengo la capacidad física y el talento para jugar como Diego Armando, si me impongo límites o acepto límites de otros, aunque tenga todo el potencial, jamás jugaré fútbol como él. De eso se trata la frase tan popular en Transformación: “Sólo si te atreves a ir demasiado lejos sabrás qué tan lejos puedes ir”; se trata de ir más allá de los límites que creo que tengo para saber cuáles son mis límites reales.
Son esos límites mentales los que te separan de la vida que quieres tener. Son tus creencias acerca de quién eres y lo que puedes o no lograr, y en muchos casos, lo que mereces o no mereces, lo único que te separa de una experiencia plena de vida.
Si yo te digo que no tienes límites, no lo entiendas como que puedes volar como Superman si así lo quieres, lo que te estoy diciendo es que puedes tener los resultados económicos que quieras, las relaciones que te satisfagan, en fin, la experiencia de vida que te cause un sentimiento de satisfacción y logro, sin importar lo que ello implique. Solo requieres una cosa: No des por hecho que lo que crees que es la verdad lo es, y cuando digo verdad incluyo la verdad sobre quién eres, lo que puedes hacer, lo que mereces o lo que puedes tener. Toma acción como si todo dependiera solamente de ti. No sabrás cuáles pueden ser tus resultados si no dejas de estar tan seguro de saberlos.
No digo que tu vida no tiene límites, te digo que en realidad no los conoces. Si actúas con la seguridad de conocer tus límites no vas a ir mas lejos que eso que tu crees que son tus límites. Si partes desde la postura de que no sabes nada, sobre todo, ignoras cuáles lo son, te asombrarás de lo que puedas encontrar y qué tan lejos puedas ir en tu camino.
Vivir sin límites es solo una postura, pero es una postura que te da poder.
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