La vida es algo bien difícil de encontrar.
Piénsalo, hay científicos en todo el mundo buscando vida fuera de la tierra, y ya no vida inteligente, estamos hablando de que hay gran emoción cuando encuentran algo asi como las condiciones para que pudiera alguna vez desarrollarse la vida en tal o cual planeta o satélite.
Así que encontrar seres vivos no es fácil. Podemos decir que la abundancia de seres que están vivos que existe en la tierra no es una generalidad en el cosmos sino mas bien, un fenómeno raro. Entonces, básicamente, estamos gozando el privilegio de la vida, algo que no se encuentra fácilmente en el universo. La vida es una excepción en la escala cósmica.
Pero en este planeta abunda, y nosotros vivimos en este planeta, así chiquitos en el universo nos da por pensar que la vida es algo grande. Eterno. La vida sin embargo es corta y muy frágil. El período durante el cual nuestro cuerpo está animado es muy corto, pueden ser algunas décadas, pero para muchos son solo unos pocos años, e incluso algunas horas las que les toca experimentarla.
No nos metamos en antes y después de la vida, que es terreno de la especulación. Hablemos de justo ese breve tiempo en el que estamos vivos.
Los seres humanos tenemos la posibilidad de elegir qué hacer con este tiempo. Tenemos la oportunidad de VIVIR y no solamente estar vivos. Y en mi distinción VIVIR vs ESTAR VIVOS eso significa no vivir en automático, solo para preservar este estado biológico, sino darle un sentido consciente a nuestra vida, elegir cómo y por qué vamos a utilizar este tiempo de vida.
El otro día escuché esta frase en una película: “Yo se que todos pensamos que somos inmortales. Y nos debemos sentir así. Nos estamos graduando. El futuro es y debe ser brillante. Pero como nuestros breves años en la escuela, lo que hace valiosa a la vida es que no dura por siempre”
Estar conscientes de que no vamos a vivir por siempre, y sobre todo, de que no sabemos cuando moriremos puede hacernos pensar de dos modos: “si de cualquier modo voy a morir, entonces para qué me molesto en hacer nada” o “si de cualquier modo voy a morir y no se cuándo va a pasar, voy a hacer que este tiempo cuente”
Por supuesto, pensar en la muerte como algo inevitable es algo incómodo para muchos. Es más fácil pensar que tenemos todo el tiempo del mundo, pero no es así, y tratar de ignorar el hecho no va a cambiarlo. No se trata de vivir pensando en cuándo vamos a morir, se trata de vivir HOY sabiendo que es todo lo que tenemos; el momento presente, pues al siguiente podemos estar muertos. Se trata de darle urgencia a nuestra vida, de dejar de postergar, de hacer hoy lo que hemos elegido hacer, se trata de tener hoy esa plática que hemos pospuesto, se trata de que hoy tomes ese riesgo para crear tu sueño, se trata de que hoy te liberes de tus historias pasadas y perdones, se trata de que hoy digas lo siento, se trata de que puede ser que no puedas hacerlo mañana, o en un rato.
La consciencia de la muerte nos abre la posibilidad de la urgencia, nos apoya a darle un sentido a la vida, a salir de la vida automática de todos los seres vivos y entrar en la posibilidad de vivir por elección como solo los humanos podemos hacerlo.
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