Prosperidad. El secreto definitivo

Todos buscamos la abundancia. Todos queremos prosperidad en nuestras vidas. ¿O no? Como en todo importa menos lo que se diga que las acciones que se tomen. Si no vas a aguantar algunas palabras duras, este es el momento para dejar de leer.

Definiciones de Abundancia y Prosperidad

Para hablar de algo, es importante que sepamos de qué estamos hablando y estar seguros de que todos estamos entendiendo lo mismo. De entrada, Google nos avienta estas dos definiciones:

Abundancia: Gran cantidad de Algo, frecuentemente asociado con prosperidad y buena situación económica.

Prosperidad: Estado económico y social satisfactorio o favorable.

El antónimo de prosperidad es: adversidad o bancarrota; el de abundancia es: escasez, falta o pobreza.

El Dinero no es la Felicidad

Claro que el dinero no es la felicidad. El dinero por si mismo no es nada, el dinero es solo dinero: un acuerdo social para facilitar las transacciones. Sin embargo, sin dinero es difícil ser feliz (no confundamos felicidad con estar contentos) No es posible ser feliz cuando no se tiene el dinero para tratar una enfermedad, para comer y dar de comer a los nuestros, para pagar la renta y los servicios de la casa, incluso para pagar el funeral de un ser querido que partió. Al menos yo no puedo imaginarme vivir en esa sosobra dentro de un contexto de felicidad. Al menos en mi contexto de felicidad ocurren la prosperidad y la abundancia. El dinero no es la solución a los problemas, pero muchas veces apoya a encontrarla. El dinero no compra el amor, pero muchas veces cuando se va el dinero, el amor se ve en peligro; el dinero no me lo voy a llevar a la tumba pero puede apoyarme a mantenerme sano o bien tratado para alargar mi vida un rato más. Pero principalmente, como yo lo veo, el dinero es libertad de acción. El dinero me permite hacer muchas cosas que quiero, darle a los míos muchos satisfactores materiales y comodidades, con dinero puedo hacer muchas cosas que sin dinero no podría. Estamos hablando de prosperidad. Perdón si ya comencé a apretar botones de sensibilidad. 

En la abundancia hay suficiente no solo dinero, sino de todo. No falta nada. No falta dinero, no falta amor, no falta disfrute, no falta absolutamente nada. Hay suficiente y aún sobra. Para que haya prosperidad es requisito que haya un contexto de abundancia que la contenga. Si en mi mundo todo ocurre de a poquitos, si nunca hay suficiente amor, suficiente aprecio, suficiente dinero, suficiente nada, no importa cuanto dinero llegue a conseguir, nunca va a alcanzar para nada, porque mi contexto no lo contiene. ¿Te ha pasado que te sientes como corriendo en una banda sin fin, trabajando todo el dia, dos o tres empleos y aunque el dinero entra, nunca alcanza? No es asunto del trabajo, no es asunto del dinero, es asunto del contexto. Si mi contexto fuera arena y quisiera yo cultivar un pino, no importa cuánto haga por el pino, el pino se va a morir porque el pino no crece en arena. La arena no es el contexto que le ofrece al pino la posibilidad de vivir.

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Soluciones populares y no tanto

¿Qué se puede hacer? Mi observación me dice que existen dos vertientes a la solución del asunto prosperidad, el abundante y el escaso.

La solución escasa tiene que ver con esperar que las cosas cambien por arte de magia y vendernos el cuento de que la prosperidad se atrae, que es cosa de elevar nuestro nivel vibracional (cualquier cosa que esto quiera decir), pasarle unos decretos al universo, hacer unas afirmaciones y visualizarnos viviendo en prosperidad. Este es un contexto de escacés por donde lo quieras ver, la conversación es como sigue: Yo no tengo, pero alguien o algo tiene: el universo, entonces voy a desear con todas mis fuerzas que el universo me de de lo que él tiene y que yo no tengo y si lo deseo con todas mis fuerzas, entonces el universo me lo va a dar. Señoras y señores, si les interesa saber, los únicos que se han hecho ricos con estas aproximaciones al tema son los autores y gurús que las proponen y que, ¡oh sorpresa! si hacen lo que predican, lo apoyan con el ingrediente secreto: la acción comprometida y decisiva. La único que realmente se ha hecho rica con el libro del secreto es Rhonda Byrne, y no lo hizo visualizando, sino escribiéndolo, publicándolo y vendiéndolo, es decir, tomando acción.

La solución abundante no es más fácil, pero es infinitamente más efectiva: identifica si el contexto desde el que estás actuando favorece o no la prosperidad, es decir, checa si tu contexto es abundante. Si en tu historia del mundo todo es difícil, hay que sufrir para conseguir las cosas, nunca hay suficiente y el dinero es la fuente de todos los males, observa que en ese contexto la prosperidad no prospera, válgame la expresión. Un contexto de abundancia es la casa de la prosperidad. No puedes ser abundante sin ser próspero y viceversa. Una vez que has identificado el contexto del que has estado actuando, cambia tu conversación y tradúcela en acciones que revelen ese contexto de abundancia que estás creando en tu vida. Si quieres hacer decretos, visualizar, hacer afirmaciones y todo lo que los demás te recomiendan, pues adelante, pero no dejes de tomar acción comprometida y de manera sostenida.

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Responsabilidad 

¿Qué plataforma te otorga poder sobre la situación? ¿una en la que tu prosperidad depende de que algo tan vago como “el universo” te la de? es decir, tus resultados dependerán de una voluntad ajena, ¿o una postura en la cuál tu eres la causa de tu experiencia “prosperidad” y si va a ser, dependerá exclusivamente de ti?

¿Vas a quedarte esperando que la prosperidad te caiga del cielo o vas a hacer algo para crearla en tu contexto?

Bernardo Villar
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