Ayer es hace un año.
Hace apenas unas horas despedimos eun año. Tiempo de ver una última vez hacia atrás, lo que nos gustó y lo que no, lo que quedó inconcluso y lo completo; reconocer lo que hemos creado y prepararnos para lo próximo.
Un nuevo año se abre ante nosotros como una gran posibilidad, un lienzo en blanco que nos espera para crear en el lo que elijamos crear. No es empezar de cero, es la oportunidad de crear algo enteramente nuevo en nuestras vidas dejando el pasado en el pasado y maravillándonos ante la gran posibilidad de lo incierto.
Y observando ese enorme espacio nos hacemos dos preguntas claves: ¿Qué voy a crear? y ¿Qué está faltando? No desde el espacio de buscar algo malo sino desde la posibilidad de crear justo eso que está faltando.
En esta oportunidad podemos escribir una historia diferente de nosotros, imaginar ese “futuro imposible” y lanzarnos a crearlo.
Están ante nosotros dos opciones: continuar viviendo solo por inercia o elegir darle un propósito a nuestra vida, abrazar una visión y hacer todo lo que se requiera para materializarla. Una opción es segura y con resultados predecibles y razonables: este año se va a parecer a todos los anteriores; la otra opción es irrazonable con resultados estraordinarios.
Está en nosotros elegir.
¿Tu qué vas a crear este año?
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