Cuando era niño – antes de transformación

Cuando era niño

Cuando era niño volaba, salvaba al mundo de amenazas del espacio. Era una maravilla de la transformación. De niño combatí en Africa, descubrí el nuevo mundo y marché con César por la Galia y fui mejor Espartaco que Kirk Douglas, fui vecino de la rana René y luché a mano limpia con osos pardos en Alaska. De chico yo era quien quisiera y podía hacer cualquier cosa.

No sabía de imposibles hasta que alguien me vio tan ignorante que tomándome lástima se dio a la tarea de instruirme, que no de educarme. Y me enseñaron que yo era las expectativas ajenas, que el mundo es un lugar hostil y sobre todo que me dejaba llevar por la imaginación, que tengo límites y casi todo lo que imaginaba era imposible. Otros harían los cambios, yo era solamente uno contra los demás, así que no podía ganar y no tenía caso. Me enseñaron a ganarle al de junto, no solo a ganar sino a demostrar que era mejor que los demás, me enseñaron a buscar la admiración de los demás, a tener razón la tuviera o no.

Y bueno, eran cosas que yo ignoraba y alguien tenía que enseñármelo.

Los niños no saben, por eso debemos enseñarles cómo es el mundo y lo que es posible. Sin querer y con las mejores intenciones les enseñamos también lo que no es posible sin ponernos a pensar que su experiencia del mundo es distinta que la nuestra y que lo que les enseñamos sobre como es el mundo, lo que es posible y lo que no, tiene que ver con nuestra experiencia personal del mundo. Porque no nos basta con enseñarles los hechos. Les enseñamos nuestras interpretaciones como si también  fueran verdades indiscutibles

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Ahora el trabajo como adulto es olvidar todo eso que estoy seguro de saber como hechos sobre el mundo, sobre mi y sobre lo que es o no posible para volver a ser como ese niño que podía volar y ser quien quisiera sin saber de “verdades” limitantes. Eso es transformación

Tal vez la historia te parece más que conocida, familiar. Demasiado familiar.

Bernardo Villar
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