“Cambiar el mundo” suena bien inspirador, bien bonito…. Y tremendamente impreciso.
¿Alguna vez has sentido que el mundo es demasiado? ¿Que no puedes soportar todo lo que está sucediendo en él? ¿Que tal vez tu voz, tu voto o tu protesta no van a marcar la diferencia? Lo entiendo. Es difícil mantener la esperanza cuando a nuestro alrededor vemos negatividad, odio y destrucción. Pero la cuestión es la siguiente: no necesitamos cambiar el mundo para marcar la diferencia. Tenemos que cambiarnos a nosotros mismos. Y a partir de ahí, podemos irradiar ese cambio al mundo que nos rodea. Comienza con una persona que elige ser amable en lugar de estar enfadada, ser comprensiva en lugar de juzgar y ser compasiva en lugar de fría. Entonces, ¿qué dices? ¿Estás preparado para empezar a cambiar el mundo?
¿Cuál es ese cambio? ¿Cómo se ve?
Partamos de algo: La transformación no cambia el mundo. Transforma tu percepción del mundo y por lo tanto, quién eres en el mundo. Se transforma cómo ocurre el mundo para ti y por lo tanto cómo ocurres tú en el mundo.
Ahora, al transformar a la persona, se transforma lo que para esa persona es posible, y si ese mismo impacto se multiplica tendremos cada vez más personas que ven nuevas posibilidades donde antes no las veían y ¿quién sabe? Tal vez el mundo cambie.
En un mundo que parece tan dividido, puede ser difícil saber cómo marcar la diferencia. Es fácil sentir que tus pequeñas acciones no tendrán ningún impacto. Pero la verdad es que si cada uno de nosotros hace lo que puede para lograr un cambio positivo en su propia vida, podemos crear un efecto dominó que acabará cambiando el mundo. Así que no te rindas, empieza por hacer pequeños cambios en tu propia vida y ve a dónde te lleva. ¿Quién sabe?
Puede que seas tú quien inicie la revolución.
¿Qué se requiere? No mucho. De hecho solo tres cosas: Visión, compromiso y enrolamiento. Pero visión grande y bien clara, compromiso a toda prueba y enrolamiento a lo bestia.
Dependiendo de lo clara que tenga si visión, dependiendo de su grado de compromiso con crearla y dependiendo de su enrolamiento a esa visión, un líder transforma a su familia, a su comunidad y por supuesto, ha habido líderes que han transformado al mundo. No su mundo, sino EL mundo.
¿Tu qué mundo estás comprometido a transformar?
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