“Todo lo dicho siempre es dicho por alguien. “
Humberto Maturana
Cada ser humano existe en un mundo de interpretaciones, algunas propias, otras condicionadas y la mayoría heredadas inadvertidamente de nuestro contexto cultural. existo en una gran narración sobre quién soy y cómo es el mundo a mi alrededor; y al hacer esta descripción de cómo es el mundo, olvidamos el hecho fundamental de que creamos esta historia a través de nuestras creencias y confundimos cómo es el mundo con cómo yo veo el mundo, otorgándole propiedades a los objetos y eventos.
Cuando decimos cosas como: el lápiz es rojo, el auto es bonito, fulano es arrogante, mi pareja es desconsiderada, los latinos somos alegres, la comida mexicana es deliciosa, etc., estamos otorgándole a los objetos y eventos una cualidad que no es intrínseca a ellos, sino a mi experiencia. El lápiz es rojo solo porque muestra características que yo reconozco con el nombre de “rojo”, el auto es bonito porque a mi me gusta, mi pareja es desconsiderada porque ese es mi juicio de ella, los latinos somos alegres porque alguien mas lo dijo, y encuentro la comida mexicana deliciosa porque me agrada su sabor. El lápiz solo es un lápiz, el auto es solo un auto, mi pareja es solo un ser humano, los latinos somos solo latinos y la comida mexicana solo es comida. El resto es la historia que nos estamos contando sobre esos eventos.
Esa historia que contamos, esas características que le atribuimos a las personas, cosas y eventos no hablan tanto de ellos como de nosotros, hablan de que yo conozco el acuerdo que da nombre a los colores, que a mi me gusta cierto tipo de automóvil, de que no me estoy relacionando efectivamente con mi pareja, de que yo creo que los latinos somos de cierta manera y de que a mi me gusta la comida mexicana. Solo eso.
No es lo mismo decir “mi pareja es una desconsiderada” que decir: “a mi no me funciona cierta conducta de mi pareja”
Cada cosa que yo digo habla de cómo es mi relación con el mundo. No puedo escaparme de “ser en el mundo con otros”, de estar relacionado. Todo lo que ocurre, ocurre en el espacio de una relación con ello.
Todas las descripciones son hechas por alguien, es decir, el modo en que alguien describe el mundo es “su modo” de describirlo, y mi modo de escucharlo es “mi modo” personal de escucharlo.
Si nos damos cuenta que todo lo que conocemos es una interpretación, el espacio de la transformación se abre para la reinterpretar nuestras relaciones con nosotros mismos, los demás y el mundo en general.
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