El cosplay (コスプレ kosupure?), contracción de costume play,1 es un tipo de moda representativa, donde los participantes usan disfraces, accesorios y trajes que representan un sujeto específico o una idea. Los cosplayers a menudo interactúan para crear una subcultura centrada en el juego de roles. Una definición más amplia del término “cosplay” aplica a cualquier uso de disfraz de juegos roles fuera del escenario, independientemente de su contexto cultural. Las fuentes favoritas para esto incluyen cómics, anime, manga y videojuegos.
El cosplay tiene un enfoque cultural específico dedicado a la representación realista de una idea o un personaje propio de la ficción; puede tener distintas variantes según la intención y el contexto, normalmente haciendo una representación física y dramática de un personaje.
– Wikipedia
Imagina que la vida es exactamente eso: un juego de disfraces. Al nacer, nos colocaron el primero, diseñado cuidadosamente por nuestros padres, y a lo largo de los años, sobre ese disfraz inicial se han ido sumando otros, cada uno adaptado a las expectativas de la sociedad, los amigos, la cultura, e incluso nuestras propias experiencias. Así, creamos un atuendo compuesto por fragmentos de lo que otros pensaron que debíamos ser y partes de lo que nosotros decidimos añadir. Ese disfraz que llevamos hoy, en este momento, es el resultado de todas esas capas. Y aunque lo retocamos aquí y allá para adaptarnos a las ocasiones, hemos usado este disfraz por tanto tiempo que olvidamos algo crucial: es solo un disfraz.
¿Qué hay debajo del disfraz?
Debajo de todas esas capas no hay algo fijo. Hay un espacio vacío, una posibilidad infinita. Este vacío es nuestro lienzo, la oportunidad de diseñar quién queremos ser. Lo que llevamos puesto, ese disfraz, no es más que una explicación temporal de nuestra identidad, una construcción que nos da un lugar en el mundo y nos diferencia del resto. La palabra persona, de hecho, proviene del griego prosopon, que significa “máscara”. Nuestra identidad no es más que esa máscara: una herramienta que hemos construido para interactuar con la vida.
Sin embargo, aquí viene lo más importante: la máscara no es el ser. Esa máscara es un personaje que hemos creado, a veces consciente y otras inconscientemente, a partir de lo que otros han dicho de nosotros, de las expectativas externas o de las historias que nos contamos sobre lo que “debemos ser”. ¿Y si en lugar de ser una simple audiencia de esa historia, decidiéramos convertirnos en los autores?
Cuando entendemos esto, surge una revelación poderosa: podemos elegir ser quien queramos ser.
El poder de declarar quién eliges ser
Si aceptamos que somos personajes en esta historia llamada vida, también reconocemos que somos libres de rediseñar nuestro personaje tantas veces como deseemos. Podemos decidir quién queremos ser hoy, mañana o en este mismo instante. Es un acto de creación consciente, una declaración de intención que guía nuestras acciones.
Para muchos, esta tarea puede parecer abstracta o complicada. Aquí es donde los personajes ficticios —de películas, libros, videojuegos o incluso mitos— nos ofrecen un modelo práctico. Los superhéroes, protagonistas y anti-héroes que admiramos son más que figuras entretenidas; son arquetipos que encapsulan características específicas. Estas características nos inspiran y nos muestran cómo podríamos encarnar nuestras propias cualidades deseadas.
Referencias de personajes para inspirar tu camino
Superman, por ejemplo, no es únicamente un superhéroe por su capacidad de volar o su fuerza sobrehumana. Es un símbolo de cortesía, rectitud y respeto por el orden, incluso en las circunstancias más adversas. Sus poderes amplifican quién es, pero su esencia radica en su sentido de la justicia y su bondad innata.
Por otro lado, Batman representa otra faceta del ser. Su carácter sombrío y solitario, junto con su habilidad estratégica y disciplina, lo convierten en un arquetipo de resiliencia y determinación. No necesita poderes sobrenaturales porque su destreza y astucia lo definen.
Otros personajes como Alice, de Resident Evil, nos inspiran con su valentía y su capacidad de acción frente a desafíos imposibles. Si ella puede enfrentarse a hordas de zombies, ¿qué no podríamos enfrentar nosotros en nuestra propia vida?
Los personajes de la ficción no solo son entretenimiento; son herramientas que nos permiten visualizar cómo se vería, sentiría y actuaría la persona que elegimos ser.
Diseñando tu personaje ideal
El cine, la literatura y los videojuegos nos ofrecen puntos de referencia claros sobre los atributos que queremos incorporar en nuestra vida. Si quieres ser una persona enroladora, ¿qué aspectos tendría tu personalidad? ¿Serías alguien apasionado y convincente, como Jerry Maguire, comprometido con sus valores? Si deseas ser una persona abundante, ¿cómo caminarías, cómo hablarías, cómo pensarías? La ficción nos da ejemplos concretos de cómo puede ser un “tú” diseñado intencionalmente.
La clave está en identificar esas características ideales y empezar a incorporarlas a nuestra vida diaria. No se trata de imitar ciegamente, sino de adaptar esos atributos a nuestro propio contexto y personalidad. Es como elegir los ingredientes para un platillo: puedes tomar lo mejor de cada personaje y crear algo único que te represente.
Tu vida, tu historia: ¿qué eliges contar?
Aquí está el punto central de todo: tú estás narrando tu historia. Cada día, cada decisión, cada pensamiento contribuye a la narrativa que llamamos “vida”. ¿Por qué no tomar el control del guion? Si hasta ahora has sido un espectador de las circunstancias, es momento de cambiar de rol. Puedes declarar quién eliges ser y empezar a actuar en consecuencia.
Ser quien eliges ser no significa que debes negar tu pasado o las influencias que te han moldeado. Al contrario, implica reconocerlas, agradecerlas, y usarlas como base para construir algo nuevo. Es un acto de autocompasión y, al mismo tiempo, de valentía.
el poder de elegir cada día
La vida es un juego de disfraces, y el disfraz más importante es el que eliges usar cada día. No estás limitado por lo que otros han creado para ti; tienes la capacidad de diseñar tu propio personaje y cambiarlo cuando lo desees. Elige ser alguien valiente, comprometido, amoroso, resiliente o cualquier otra cualidad que resuene contigo. Recuerda: el poder de la elección está siempre en tus manos.
Ahora, te toca a ti decidir. ¿Quién eliges ser hoy?
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