Lo que nos hace únicos como seres humanos es nuestra capacidad de interpretar el mundo que nos rodea de manera única. Cada persona tiene su propio conjunto de experiencias, creencias y valores que influyen en su forma de pensar y actuar. Aprender a sobrevivir en este mundo requiere de una comprensión profunda de nosotros mismos y de los demás.
Sobrevivir
Ego y punto de vista
El ego es una colección de experiencias y un elemento interpretativo de las mismas.Incluye las sensaciones, emociones, actitudes o estados mentales, conductas, pensamientos y fantasías que combinadas construyen las experiencias. La mente (el ego), basada en estos eventos pasados decide las acciones que están disponibles en el presente y en el futuro. Estos eventos y su interpretación generan una identificación de la persona como un “yo”, es decir, quién la persona es. Este sentido de identidad está anclado en lo que fue y causa la sensación de que el individuo es el resultado inevitable de su pasado y sus experiencias (hechos+interpretación).
Cada persona tiene un juego de interpretaciones diferente que le hacen ser totalmente distinta como persona a cualquier otro ser humano, es decir, cada mente tiene un punto de vista propio sobre cada cosa y éste le genera una sensación de “saber por qué ocurren los eventos y estos “por qué” casi siempre están percibidos como existiendo fuera del control del individuo.
Este punto de vista, esta identificación del individuo con sus interpretaciones tiende a perpetuarse a sí mismo sin darse cuenta que simplemente repite patrones de comportamiento con pequeños ajustes para cada situación específica en un intento de conseguir sobrevivir.
Esta necesidad de proteger una identidad anclada en el pasado limita la satisfacción posible en cada persona. Una persona que se ve a sí misma como “no suficiente” continuará siendo “no suficiente” en su actuar mientras su mente se encargará de justificar y explicar las razones que apoyen esa “no suficiencia”, de tal modo que llegará a sentir como su naturaleza, su derecho, el no “ser suficiente”.
El ego en su esfuerzo por sobrevivir, por perpetuarse (por mantener esa identificación con las experiencias pasadas) incurre en modos de actuar fácilmente reconocibles como la necesidad de tener razón, estar bien haciendo que otros estén mal, dominar la situación para minimizar el efecto de los demás en su experiencia, invalidar las ideas de los demás. Este tipo de “justicia propia” llega a niveles tales como demostrar que “yo soy menos que tú”, “yo soy más tonto que tú“, “yo soy más infeliz que tú”, etc. en una especie de superioridad inversa. Y no solo busca cualquier racionalización para justificarlo sino que no acepta interferencias externas en un intento de sobrevivir
Cualquier intento de otra persona de traer este comportamiento a la consciencia será percibida como equivocada, como la causa de sentimientos negativos, como un atacante (así lo percibe el ego). La persona que, volviendo a nuestro ejemplo, se siente “no suficiente” se considera así porque “así son las cosas“, “no lo puedo evitar” y en cada acción buscará validar esa percepción de sí. (y pongámosle cualquier otra auto definición que se nos ocurra: yo soy infeliz, yo soy infiel, etc.)
Este repetir patrones y defenderlos como a la fuente de la identidad propia funciona también para perpetrar conductas y maneras de ser no tan poco favorables. Si mi identificación es: “yo soy feliz”, “yo soy abundante”, “yo soy buen negociante” etc., el ego también hará todo por defender esa identificación a como de lugar.
El punto de vista es algo que todos poseemos y es un aspecto de nuestras vidas que limita la autenticidad, la creación de experiencias nuevas y de ver la vida como ocurre en el presente.
En los entrenamientos de transformación no estamos buscando cambiar las conductas como acciones, sino traer a la consciencia una función mental que podemos llamar “ser”, en la cual el individuo se reconoce como fuente de su propia experiencia (Ya que la experiencia tiene dos componentes: el hecho y su interpretación, y si bien no podemos siempre controlar los hechos, si sabemos que la interpretación es una historia que me cuento sobre el hecho, puedo cambiarla y así cambiar mi contexto, quién yo soy, mis acciones posibles y mis resultados.
“Yo soy infeliz” es tanto una historia como “yo soy feliz”, “yo no soy suficiente” o “yo soy abundante”, un contexto, un lugar desde el cual operar y podemos cambiarlo en el momento que queramos para que nuestras posibilidades cambien, y con ellas nuestras acciones posibles y por lo tanto, nuestros resultados.
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