Si te sientes abrumado por la vida y parece que todo está en tu contra, es importante recordar que no es el mundo, eres tú. En lugar de enrolarte en la negatividad, es hora de tomar medidas para cambiar tu perspectiva y encontrar soluciones a tus problemas. Descubre cómo puedes superar los obstáculos y encontrar la felicidad en tu vida. Y descubre por qué no enrolas.
¿Todo te parece dificil? ¿Parece que se trata de todos contra ti? ¿Una continua lucha por lo que quieres? No es el mundo, eres tu.
Aunque todo fuera cosa del mundo, ¿de qué te sirve quejarte y lamentarte? Lo cierto es que no puedes hacer que el mundo cambie. Lo único sobre lo que tienes poder real eres tu. Y eso al final no es una mala noticia, es una noticia excelente, porque ahí, justo ahi, es donde puedes cambiar tus resultados.
¿Por qué tiene que ser todo una lucha desgastante? La verdad es que no tiene que serlo. En lugar de querer cambiar el mundo todo el tiempo, puedes comenzar a preguntarte qué puedes cambiar de ti para que el mundo se muestre a ti de otro modo. ¿Qué tal si en lugar de pelearte con la situación que al final es lo que es te guste o no, comienzas a tomar tus resultados como un feedback inequívoco sobre quién estás siendo.
Si todos parecen estar en tu contra, pregúntate por qué es eso. ¿Cómo no estás creando valor para los demás de tal modo que se muevan en urgencia a apoyarte a lograr lo que buscas. En otras palabras, pregúntate por qué no enrolas.
Pongámoslo de este modo: no enrolas porque no enrolas. Porque quien estás siendo no representa para los demás un valor suficiente como para sumarse a tu visión.
¿Cómo puedes conseguirlo todo? Enrolando, pero enrolar no es algo que se hace, es algo que se es. Enrolas siendo enrolamiento, es decir, creando valor en ti y lo que evocas en los demás.
¿Y cómo se logra ésto? Comienza por dejar de pensar que son todos contra ti y comienza a pensar que tal vez está siendo tu contra todos, que no es lo mismo. Empieza a escuchar el feedback que el mundo te está dando y no te justifiques. Ten la apertura y la humildad de aceptar que tal vez no tienes toda la razón, abrirte a ver qué está faltando de ti y rediseñarte en una persona totalmente distinta. Cuando te transformes en la persona que puedes ser.
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