Por Bernardo Villar
A todos nos gusta ganar. Es como tener razón; la sensación de logro es incomparable, nos gusta que la gente lo sepa: somos buenos en algo y hemos vencido (a alguien, a algo o a alguna circunstancia). Ganar nos proyecta como una persona exitosa en aquello que ganamos. Definitivamente, ganar nos gusta a todos.
Pero la importancia de ganar es relativa al juego del que se trate, y la mayoría de las veces nos gusta jugar los juegos en los cuales ya sabemos que somos buenos y que no representan gran riesgo de perder. Y aún en esos juegos que somos buenos, cuando nos enfrentamos a un oponente (alguien, algo o alguna circunstancia) que encontramos mas retante de lo que nos hace sentir confiados, procuramos jugarlos de tal modo que controlemos la situación y no tomemos el riesgo de que la otra parte tome la iniciativa.
¿Te ha pasado alguna vez que está jugando tu equipo de futbol, tal vez la selección nacional y los notas más cuidandose que lanzándose adelante? ¿protegiendo un resultado y procurando hacer solo lo indispensable para ganar? ¿jugando en su cancha? ¿Qué pasa con un equipo que juega así? A pesar de tener el juego “controlado”, el resultado frecuente es que el otro equipo toma la iniciativa, que el otro nunca tuvo (no es igual tener el balón que tener la iniciativa) y no es raro que ese marcador se les vaya de las manos y termine, luego de controlar todo el juego, en los últimos momentos el partido se pierda.
Equipos que consideran un gran logro no ser goleados por un equipo de mayor nivel, equipos que festejan un empate son equipos que están revelando un contexto en el que lo importante no es tanto ganar, sino no perder.
Ok, pues esto no pasa solo en el ámbito de los deportes, pasa en la vida misma.
¿Cuántas veces has preferido no arriesgar por miedo a perder? ¿Cuántas veces la importancia que le das a lo que ya tienes (bienes, relaciones, tranquilidad) es más importante que lo que realmente quieres y terminas conformándote con tal de no perder? ¿Cuántas veces no te das por completo en una relación por miedo a ser lastimado (a)? ¿Cuántas veces en el trabajo haces solo lo estrictamente necesario para cumplir y no te arriesgar a ir más lejos? ¿Cuántas veces el miedo te ha detenido de hacer una inversión o lanzarte a una aventura que consideras valiosa?
Muchas, y nos pasa a todos. Es mucho mas sencillo permanecer dentro de esa zona de comodidad. Ya sabemos que ahi el juego está (eso creemos) controlado. Ahí no vamos a perder.
Y lo que pasa eventualmente es que nos damos cuenta de que por no perder, terminamos perdiendo todo lo que realmente era importante: las relaciones, las oportunidades, las experiencias… LA VIDA.
Dentro de esa zona controlada, dentro de nuestra cancha no se encuentra nada nuevo. La portería está fuera de ella. Los partidos se ganan metiendo goles, no cuidando de que no te los metan. A ningún equipo le han dado nunca un premio por parar goles, ni por tiempo de posesión del balón, sino por cuántos goles se meten. Y ello implica el riesgo de salir, de ir para adelante, de estar en terreno desconocido, ajeno.
La vida se vive viviéndola, no cuidándose, el juego se gana ganando. Y se gana en la cancha de enfrente.
¿Tu en qué contexto vives? ¿Estás jugando el juego de tu vida con toda la pasión, para ganar, porque ganar es lo único? ¿O solamente estás cuidándote de no perder?
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