Cuando venimos al mundo, somos potencial puro: un lienzo en blanco esperando las primeras pinceladas de vida. Durante los primeros años, esas pinceladas son aplicadas por otros: padres, maestros, y el entorno que nos rodea. Sin embargo, este texto no trata sobre lo que otros hacen con ese lienzo, sino de lo que elegimos pintar en él por nuestra cuenta. Hablaré de la elección de SER y de cómo esta decisión transforma nuestra vida y nos permite manifestarnos en el mundo como una obra creativa en constante evolución.
La Predisposición y el SER
Es común pensar que nacemos con ciertas inclinaciones o talentos naturales que nos definen. Por ejemplo, yo siempre tuve una afinidad por el dibujo, una habilidad que cultivé hasta transformarla en mi práctica artística actual. Lo mismo ocurre con mis hijas, quienes también muestran inclinaciones creativas desde pequeñas.
Sin embargo, esa predisposición no nos define de manera absoluta. Puedes tener un talento natural para algo y no identificarte con ello, ni elegir dedicar tu vida a esa actividad. A la inversa, alguien sin ninguna inclinación inicial puede superar todas las barreras y destacarse en un campo simplemente porque decidió ser esa cosa. En este sentido, elegir ser tiene más peso que cualquier predisposición genética o cultural.
La Diferencia Entre HACER y SER
¿Te has encontrado con personas que detestan su trabajo? Profesionales que cumplen con sus responsabilidades, pero que claramente no disfrutan lo que hacen ni buscan la excelencia en ello. Estas personas realizan una actividad para sobrevivir, para cumplir con expectativas externas, pero no logran conectar con su esencia. No son lo que hacen, solo lo ejecutan.
Por otro lado, también conocemos a aquellos que parecen haber nacido para lo que hacen. Médicos que no solo practican la medicina, sino que son médicos en todo su ser; artistas cuya esencia fluye en cada obra; líderes que inspiran no solo por sus palabras, sino por lo que representan. Estas personas destacan porque lo que hacen nace de lo que son. En ellas, la línea entre el ser y el hacer se desdibuja, creando una experiencia auténtica y transformadora tanto para ellas como para quienes las rodean.
Elegir SER: Más Allá de las Expectativas Sociales
En nuestra sociedad, elegir una profesión muchas veces se reduce a un acto práctico: encontrar algo que nos permita ganar dinero y sobrevivir. Pero elegir ser puede ser mucho más que una decisión económica. Es una declaración de intención sobre cómo queremos vivir y contribuir al mundo.
Cuando elegimos desde el SER, nuestras acciones y decisiones no están dictadas únicamente por factores externos como el mercado laboral o las expectativas familiares. Elegimos con propósito, alineándonos con nuestros valores, nuestras pasiones y nuestra esencia más profunda. Esto no significa que el camino sea fácil, pero sí garantiza una mayor conexión con nuestra propia autenticidad.
El Paradigma SER-HACER-TENER
En este contexto, es fundamental comprender la diferencia entre dos paradigmas: SER-HACER-TENER y HACER-TENER-SER. En el primero, nuestras acciones y logros se derivan de lo que somos. Por ejemplo, una persona que elige ser artista no se define por la cantidad de obras que vende o el reconocimiento que recibe, sino por la conexión profunda con su arte. Su hacer y su tener son consecuencias naturales de su ser.
En el paradigma HACER-TENER-SER, en cambio, las personas buscan primero hacer algo (trabajar en una profesión, por ejemplo) para tener algo (dinero, estatus) y, solo entonces, definir quiénes son. Este enfoque lleva a menudo a la insatisfacción, ya que se priorizan los resultados externos por encima de la autenticidad interna.
Transformar la Vida: El Poder de Elegir SER
La transformación comienza con una elección consciente. Decidir ser algo es mucho más que una simple declaración. Implica compromiso, autoconocimiento y la disposición de alinear cada aspecto de nuestra vida con esa decisión. Cuando elegimos ser, dejamos de vivir desde el “tengo que” y comenzamos a actuar desde el “yo elijo”.
Esta elección no solo transforma nuestra relación con el trabajo, sino también con nuestras relaciones, nuestras metas y nuestra percepción de nosotros mismos. Elegir ser nos empodera, nos da claridad y nos permite vivir con propósito y autenticidad.
Un Llamado a SER
Elegir ser es una invitación a reflexionar sobre quiénes somos y cómo queremos manifestarnos en el mundo. Es un acto de valentía, ya que implica romper con expectativas externas y enfrentarnos a nosotros mismos. Pero también es el camino hacia una vida plena, en la que nuestras acciones y logros son expresiones auténticas de nuestra esencia.
No se trata de títulos ni de habilidades innatas, sino de un compromiso profundo con nuestra propia verdad. Al final, el SER es la base sobre la que construimos todo lo demás: nuestras acciones, nuestras relaciones y nuestras contribuciones al mundo. ¿Qué elegirás ser hoy?
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