¿A qué estás enrolando?

Estás enrolando a un taller… ¿En serio? ¿Al Taller Básico? Mmmmmhh… Parece que no lo tienes claro. Quizás no entendiste bien o no te lo explicaron de manera adecuada. Porque, déjame decirte, no se trata solo de eso.

¿Quién querría estar enrolando? ¿Quién querría simplemente “inscribirse” a un taller? Desde el principio, enrolarse no es una acción simple, como llenar un formulario o hacer un pago. Enrolarse es sentirte inspirado. Ahora bien, pregúntate: ¿Un taller puede inspirarte de esa manera? La respuesta es sencilla: no. Un taller lo tomas, lo completas, te inscribes a él. Pero enrolarse implica algo más profundo y significativo.

Esto no se trata solo de talleres. Son cinco talleres, módulos, juntas, llamadas, un legado… ¡Es toda una jornada! Porque esto es un entrenamiento. Es un proceso transformador que se extiende por varios meses, y lo más importante: no estás inscribiéndote a algo común y corriente. Entonces, ¿a qué te estás enrolando realmente?

¿Qué Significa Realmente Enrolarse?

¿Te emociona la experiencia que vivió la persona que te habló sobre este entrenamiento? Genial, es interesante, pero eso no significa que te enrolaste. Pregúntate: ¿a qué te enrolaste? ¿A su vida? No parece lógico, ¿verdad? Aunque lo que oíste te haya inspirado o emocionado, enrolarse va mucho más allá de eso.

Déjame aclararte: te enrolas a una visión, a una posibilidad que encuentras valiosa PARA TI. Cuando alguien te comparte su experiencia en Transformación, puedes encontrarla conmovedora, inspiradora, incluso motivadora. Pero, al final del día, esa es SU experiencia. Tu verdadera conexión surge cuando lo que ves en esa persona despierta en ti una nueva posibilidad de vida.

Eso es enrolarse: cuando no es solo una historia interesante, sino algo que resuena profundamente contigo. Es cuando descubres que lo que esa experiencia representa puede marcar la diferencia en TU vida.

Lee también  Mi amigo el Nerdo

El Enrolamiento y el Valor Personal

Nadie se enrola contigo o conmigo por lo que decimos o hacemos, sino por lo que evocamos en ellos. Enrolarse no se trata de vender una idea o convencer a alguien de algo. Es acerca de ser un reflejo de lo que otros pueden descubrir para sí mismos.

Piénsalo de esta manera: la gente se enrola no en las palabras, sino en las posibilidades. Si lo que alguien ve en ti despierta en ellos algo valioso, algo realmente importante, entonces se enrolarán. Y cuando digo importante, me refiero a algo que trasciende cualquier obstáculo: ni el dinero, ni el tiempo, ni la percepción de otros se interpondrá.

Por eso, enrolar no es una acción externa. No es un discurso, una técnica o una estrategia. Es una causa. Es ser un canal para que otros se conecten con lo que verdaderamente importa en sus vidas.

No Enrolas, Eres un Causa de Enrolamiento

Esto nos lleva a un punto crucial: tú no sales a enrolar. Lo que realmente haces es ser una causa para que otros se enrolen. El enrolamiento no es algo que se hace, es algo que ocurre. Y ocurre porque tú, con tu forma de ser, despiertas algo en los demás.

Cuando alguien decide enrolarse, no es por lo que tú encuentras valioso, sino por lo que ellos ven como valioso para sí mismos. Si lo que ven en ti evoca una posibilidad que trasciende cualquier barrera, estarán dispuestos a todo para alcanzarla.

Entonces, enrolar no es un acto de convencer, es un acto de inspiración. Es mostrar, a través de tu ejemplo, que una vida diferente, más plena y significativa, es posible.

Lee también  ¿Para qué Enrolar?

El Verdadero Enrolamiento: Crear Posibilidades que Trascienden

Finalmente, enrolarse no es solo inscribirse a un entrenamiento, no es una acción mecánica ni transaccional. Es comprometerse con una visión de vida transformadora. Es asumir que hay algo más grande que te espera y que está alineado con lo que más valoras.

Cuando comprendes esto, te das cuenta de que enrolar no se trata de ti, sino de los demás. No es lo que tú encuentras valioso, sino lo que ellos descubren que tiene sentido para ellos. Cuando alguien se enrola, lo hace porque ve en ti algo que refleja una posibilidad para su propia vida.

Así que la próxima vez que pienses en enrolarte o en enrolar a alguien más, recuerda: no se trata de convencer ni de inscribir. Se trata de inspirar, de evocar posibilidades, de ser una causa para que otros descubran su propio camino hacia una vida transformada.

Bernardo Villar
Sígueme
Últimas entradas de Bernardo Villar (ver todo)