¿Qué historia cuentas sobre ti?

El ser humano es, por naturaleza, un narrador de historias. A través de ellas construimos lo que conocemos como “identidad propia”. Desde que nacemos, las historias que nos cuentan las personas a nuestro alrededor empiezan a dar forma a cómo nos percibimos y definimos. Por ejemplo, quizá alguien dijo alguna vez: “El niño es muy inquieto”, “La niña es tan coqueta como su tía”, o incluso “Es igualito al abuelo, que era un desastre”. Estas palabras, que pueden parecer simples opiniones o bromas, se convierten en verdades que aceptamos como parte de nuestra identidad.

Sin darnos cuenta, tomamos estas historias y las hacemos nuestras. Las repetimos, las reforzamos, y las transformamos en una especie de verdad inamovible sobre quiénes somos y cómo actuamos. Pero no se detiene ahí. Más adelante, comenzamos a añadir a estas historias ajenas las nuestras propias, basadas en nuestras experiencias: fracasos, éxitos, relaciones fallidas, logros profesionales. Sin importar si son positivas o negativas, construimos un relato que determina la manera en que vivimos nuestra vida.

¿Cómo construimos nuestra narrativa personal?

Lo que llamamos “identidad” es, en realidad, una colección de historias que nos contamos acerca de nosotros mismos. Estas historias están compuestas por juicios, creencias, interpretaciones y experiencias que asumimos como verdades absolutas.

Por ejemplo, si alguna vez intentaste un proyecto y fracasaste, es posible que te cuentes una historia como: “No soy bueno para los negocios. Si una relación terminó mal, podrías concluir: “No sé mantener una pareja”. Estas historias influyen en cómo nos vemos a nosotros mismos y en las decisiones que tomamos a diario.

Lo curioso es que este relato no se limita al presente. Nuestra narrativa personal está entrelazada con dos grandes mitologías: el pasado y el futuro.

El pasado: una historia moldeada por nuestras creencias

El pasado no es más que la interpretación que le damos a los eventos que vivimos o que nos fueron narrados. Aunque los hechos hayan ocurrido, lo que recordamos no es el hecho en sí, sino la historia que nos contamos al respecto.

Por ejemplo, dos personas pueden recordar un mismo evento de maneras completamente diferentes, porque cada una lo interpreta desde sus creencias, experiencias y emociones del momento. Así, el pasado no es una verdad inmutable; es una construcción mental basada en cómo decidimos verlo.

El futuro: la historia que proyectamos

El futuro, al igual que el pasado, también es una historia. Es un relato que imaginamos sobre cómo serán las cosas más adelante, condicionado por nuestras creencias actuales sobre lo que creemos posible o imposible. Si te cuentas la historia de que no eres capaz de lograr algo, tu visión del futuro estará limitada por esa creencia. Por otro lado, si crees que tienes la capacidad de superar retos, el futuro se abre como un campo lleno de posibilidades.

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El poder de cambiar la historia que cuentas

Ahora bien, si el pasado y el futuro son historias que nos contamos, surge una pregunta fundamental: ¿qué pasaría si cambiamos esas historias?

Imagina que decides reinterpretar un evento doloroso de tu pasado. En lugar de verlo como un fracaso definitivo, lo percibes como una experiencia de aprendizaje. Esa simple reinterpretación cambia cómo te sientes acerca de ese evento y cómo lo utilizas para avanzar.

De manera similar, si eliges cambiar la historia que cuentas sobre quién eres, redefinirás la manera en que te enfrentas a la vida. Ya no eres “alguien que fracasa”, sino “alguien que persevera”. Al reescribir la narrativa de tu identidad, transformas las posibilidades de lo que puedes lograr.

Tres claves para transformar tu narrativa

  1. Los hechos son diferentes de las interpretaciones
    Lo que consideramos “hechos” muchas veces no son más que nuestra interpretación de ellos. Por ejemplo, perder un empleo puede parecer un hecho devastador, pero también puede interpretarse como una oportunidad para reinventarse.
  2. Tú eres el narrador de tu historia
    Como autor de tu narrativa, tienes el poder de decidir qué historia contar. Puedes elegir entre seguir perpetuando una historia que te limita o crear una nueva que te empodere.
  3. Cambiar tu historia cambia tu vida
    Al modificar la interpretación que das a los hechos del pasado, las posibilidades para tu futuro cambian automáticamente. Esta transformación no solo afecta lo que haces, sino también quién eres.

De la víctima al creador: una nueva perspectiva

Muchas veces, vivimos nuestra vida como si fuéramos meros espectadores, permitiendo que las historias nos definan sin cuestionarlas. Sin embargo, cuando asumimos el papel de creadores de nuestra narrativa, tomamos el control de nuestra identidad y de nuestro destino.

Reescribir la historia que cuentas sobre ti mismo no significa negar el pasado, sino verlo desde una perspectiva distinta. Es reconocer que, aunque no puedes cambiar lo que sucedió, sí puedes cambiar el significado que le das y la manera en que influye en tu vida actual.

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Cuando transformas la historia de tu pasado, también abres la puerta para crear un futuro distinto. Este es el verdadero poder de la narrativa personal: el de diseñar una vida que elijas conscientemente vivir.

Reflexión final

La historia que cuentas sobre ti no solo define quién crees que eres, sino también las oportunidades que ves como posibles. Si eliges contar una historia de crecimiento, superación y aprendizaje, estás eligiendo un futuro lleno de posibilidades.

Entonces, ¿qué historia te estás contando hoy? Y, más importante aún, ¿qué historia estás dispuesto a contar a partir de ahora?

Preguntas Frecuentes

¿Por qué es importante la historia que contamos sobre nosotros mismos?

Porque define nuestra identidad, nuestras creencias y las posibilidades que vemos como alcanzables. Cambiar esta historia puede transformar nuestra vida.

¿Cómo puedo identificar las historias que me limitan?

Presta atención a los juicios repetitivos que tienes sobre ti mismo, especialmente los que empiezan con frases como “no soy capaz de…” o “siempre fracaso en…”.

¿Es posible cambiar las historias del pasado?

No puedes cambiar los hechos, pero sí puedes reinterpretarlos. Al hacerlo, puedes darles un significado diferente y más empoderador.

¿Qué herramientas me ayudan a reescribir mi narrativa?

La escritura reflexiva, la terapia y la meditación son excelentes herramientas para explorar y cambiar las historias que te cuentas.

¿Cuánto tiempo lleva transformar la narrativa personal?

Es un proceso continuo que depende de tu disposición para cuestionar tus creencias y elegir nuevas interpretaciones.

Bernardo Villar
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