“Es de sabios aprender en cabeza ajena”. “¿Para qué quiero inventar el hilo negro si ya existe?,” “No existe nada nuevo bajo el sol”. ¿No es verdad? Entonces, ¿Qué caso tiene arriesgarse a hacer algo nuevo?
Por supuesto, tal parece que todo ya tiene una fórmula con la cual funciona. ¿Quieres prosperar? Trabaja. Trabaja mucho. “Si quieres ser feliz, como me dices, no analices”. “Haz como hace Vicente, ve pa’ donde va toda la gente”. De cierto modo la fórmula para una vida tranquila ya existe: haz lo que hace todo el mundo, deja que el UNO tome las decisiones.
Ya sabes, naces, te crean una identidad, te dicen cómo es el mundo, te mandan a la escuela, sales de la escuela, consigues un empleo, tal vez pones un negocio, tal vez conoces a alguien y formas una pareja, tal vez una familia con hijos; llega el momento en que ya lo tienes bien dominado y todo parece funcionar. Ni siquiera dan ganas de respirar profundo, no vaya a ser que todo se venga abajo. Y ya que sabes cómo funciona todo, te mantienes haciéndolo por el resto de tu vida. La vida no es la que siempre soñé pero bueno, puedo sobrevivir y como no está tan mal (o como podría estar peor), mejor me conformo y sigo haciendo lo que ya se que siempre ha funcionado para que las cosas estén como están. Mis resultados no son los que quisiera, tal vez no sean malos, incluso tal vez en muchos aspectos sean muy buenos, pero pues no es la vida que yo quisiera estar viviendo. Pero, caray, no se puede tenerlo todo, ¿verdad?
¿Por qué querría yo arriesgar lo que tengo? no es razonable. “más vale pájaro en mano que ciento volando” ¿No es así?. “Mejor malo por conocido que bueno por conocer”.
Hacer lo que es razonable, lo que es prudente es la receta de una vida tranquila y pues, eso es de lo que se trata ¿no? Una vida tranquila y predecible. Los sueños están sobre valuados y solo sirven para inquietar.
Pero… ¿Y qué tal si no?
¿Qué tal si de lo que se tratara fuera de vivir una vida que te satisfaga, no una con la que te conformes?
¿Qué tal si aunque creyeras que ya lo tienes todo; trabajo, familia, un patrimonio; pudieras tener además de eso, todo eso que no tienes y quisieras tener.
El problema es que obtener otros resultados requieren que te pongas en riesgo. El problema está en que requerirías entablar acciones distintas a las actuales. El problema está en que tendrías que hacer cosas que no parecen razonables. El problema está en que requerirías ser una persona distinta a la que eres, una persona nueva. El problema es que tendrías que aprender a ver el mundo con otros lentes, a hacer nuevas interpretaciones. El problema es que requerirías cambiar todo tu contexto, todo eso que ahora das por verdad y encontrar verdades nuevas, irrazonables, que soporten esa nueva persona irrazonable que ejerza acciones irrazonables y sea capaz de producir resultados irrazonables, insospechados, imprevisibles bajo tu actual modo de ver la vida.
El problema es que requerirías experimentar una transformación.
¿Valdrá la pena tomar el riesgo de soltar todo lo que tengo y creo que soy para crear una experiencia de vida que sea 100% satisfactoria y causada enteramente por mi?
¿Valdrá la pena dejar lo que ya se que funciona y cómo funciona para crear algo que no tengo ninguna evidencia de que sea posible?
¿Valdrá la pena dejar de estar resistiendo al mundo en un contexto de supervivencia y comenzar a ser la causa de una vida plena?
¿Valdrá la pena?
No se, tu dime.
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