La transformación es una propuesta que invita a reflexionar y evaluar si es algo que tiene sentido para cada persona. Si se encuentra en sintonía con esta idea, puede ser una oportunidad para crecer y cambiar, pero si no, también está bien.
En serio, no lo es. No la tomes como tal. La Transformación no es nada que debas creer, no es un sistema de creencias ni la receta para ser feliz. La transformación es tan solo una propuesta que requieres ponderar. Si algo te hace sentido pues muy bien, y si no, pues también muy bien.
Si vienes buscando respuestas, que te quede claro que las únicas que vas a encontrar son las tuyas.
Los entrenamientos de Transformación no hacen nada por ti. El entrenador tampoco. Ni el centro ni el staff. Su único papel es crear el espacio en el cual puedas crear algo nuevo en tu vida, pero por ti mismo. Cualquier intento de hacerte creer otra cosa está tan alejado de lo que es la Transformación como lo más lejano que se te pueda ocurrir.
Así que ya sabes, no es verdad que sea mejor ser responsable que víctima, ni eres fuente de todo lo que ocurre en tu mundo. No es verdad que nada funcione sin integridad, no es verdad que todo sea posible todo el tiempo, etc. No es verdad pero son posturas desde las cuales elegimos actuar porque consideramos que nos otorgan libertad y poder; así que aunque no sean LA VERDAD, elegimos tomarlas como nuestra verdad y ser congruentes con ello.
¿Entonces para qué quiero yo la transformación? Pues sencillo, para tener una perspectiva distinta de tu mundo y de tu vida. Una perspectiva que a mucha gente ha funcionado y ¿quién sabe? Tal vez te funcione a ti.
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