Cómo se vive una vida extraordinaria

El contexto humano ya existe, ya está. Hay un modo en que las cosas “se hacen”, un modo en que las cosas “son” y un modo en que el mundo se interpreta. Tu grupo espera que hagas así las cosas, que interpretes el mundo de ese modo, que sientas de un modo determinado ante ciertos estímulos y que reacciones a ciertas circunstancias de cierta manera. Cualquier otro modo de actuar, de entender la vida y de sentir está fuera de la norma (no es normal) y por lo tanto se ve con suspicacia.

Si te pones a verlo, es una gran ventaja, no tienes que pensar mucho, solo haces lo que hacen los demás y las cosas corren suavecitas. Tu vida será tranquila y tus resultados predecibles, El secreto ya está descubierto y la receta la tenemos enfrente. Eso se llama “EL UNO”, es decir, el modo en que UNO actúa. También lo llamamos “LA CORRIENTE”. Es una gran ventaja porque no hemos tenido que hacer nada para que las cosas funcionen de ese modo, ya estaba cuando llegamos y va a continuar cuando ya no estemos, es un sistema que no requiere de nosotros y al cual fuimos arrojados sin que tuviéramos que pedirlo. Mantente dentro de esa corriente y las cosas serán tranquilas y tus resultados predecibles.

A menos que tus resultados actuales no te satisfagan y quieras vivir una vida extraordinaria.

Entendamos por extraordinaria una vida que no necesariamente es espectacular, sino una vida que simplemente no es ordinaria, no es como las demás. Ni mejor ni peor, solamente no es como las otras. Y porque no es como las otras, sus resultados tampoco son como los de los demás.

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¿Qué se requiere para crear una vida extraordinaria?

Primero que nada se requiere eso: crearla. Si ya nos la dieron predeterminada no hay mucho que hacer. Lo primero que requerimos es tomar responsabilidad de nuestra experiencia de vida y nuestras acciones. Para eso es necesario primero que nada comenzar a vivir por elección, es decir, no conformarnos con lo que se nos ha dado automáticamente y tomar una postura, una verdad personal que elijo y con la cual me comprometo. Para ello requiero desaprender cómo me dijeron que es la vida, el mundo y la gente que me rodea y comenzar a crear una experiencia personal de cómo son para mí.

Cuando comienzo a ver e interpretar la vida de un modo personal las posibilidades son otras, mis acciones posibles son otras y mis resultados también. Y como surgen no de lo que me ofrece el anonimato del “UNO” sino de la elección personal, mis resultados comienzan a ser extraordinarios.

Un líder vive en este espacio de autenticidad, eligiendo todo el tiempo en la consciencia de que él o ella es la fuente de su experiencia y sus resultados. Lo que caracteriza a un líder es su capacidad de poder ver el mundo de un modo distinto a los demás y por lo tanto puede ver posibilidades de acción que no están disponibles para los demás. Un líder transformacional además, está comprometido con habilitar esta capacidad de liderazgo, este modo de ser en los demás, creando un contexto nuevo funcione para todos.

Bernardo Villar
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