Transformación: De punto A a punto B (4)

Transformación: De punto A a punto B

Por Bernardo Villar

La jornada de Transformación es un viaje sin trayecto. No ocurre en una línea temporal. No se trata de que ahora estés en un punto, mañana en otro y luego en otro hasta eventualmente, algún día, llegar a tu destino. Es un viaje en el sentido de que vas de punto A a punto B, pero no hay puntos intermedios.

Quien eres no emana de tus acciones, sino de un acto lingüístico: la declaración. Yo soy un hombre…, yo soy una mujer…. En ese momento la transformación ocurre. Ya lo eres. Es una realidad nueva que has creado con tus palabras. Pero por supuesto, con la palabra no basta si no hay acciones que la respalden. Si yo digo que soy un hombre humilde, paciente, valiente y triunfador, entonces todas mis acciones, TODAS, en cada aspecto de mi vida estarán alineadas con esa declaración.

Porque una declaración para que lo sea, requiere ir acompañada de las acciones que la muestren como una realidad en el mundo y ante los demás. Pero mis acciones no me llevan a ser la persona que yo elijo ser, sino que emanan de esa persona.

Por eso la transformación es un proceso cuántico: estoy en punto A (la persona que he sido), y todo lo demás está en el campo de la potencialidad pura, en el campo de la incertidumbre. En el momento que yo elijo punto B (la persona que elijo ser), ya estoy ahí sin pasos intermedios. Un salto cuántico.

¿Entonces basta con que yo diga que soy algo para serlo? ¿Así de fácil? Pues fíjate que si, pero fíjate que no. Si tus acciones y tus resultados no están alineados con quién dices que tú eres, evidentemente, no lo estás siendo porque un tipo específico de ser solo es capaz de realizar un tipo específico de acciones disponibles para él.

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Imagínate un perro. Un perro hace cosas que solo hacen los perros. Hacer cosas de gato no emana de lo que es un perro porque no es un gato; hacer cosas de gato no es una posibilidad. Un gato hace cosas de gato, y esas cosas de gato emanan del hecho de que es un gato (no es un gato por hacer cosas de gato, sino que hacer cosas de gato lo revela en el mundo como un gato) Un perro hace cosas de perro todo el tiempo. Es lo único que puede hacer: cosas de perro. Un gato solo hace cosas de gato, todo el tiempo, esté donde esté, esté solo o acompañado. Es un gato y hace cosas de gato.

Ahora imagina que tú eres un perro y puedes elegir ser gato (no puedes, pero imagínate que es posible) Entonces, mágicamente te conviertes en gato y tus acciones son las de un gato. Las acciones no te convierten en gato sino que el tipo específico de ser, “gato” habilita las “acciones de gato”.

Del mismo modo, cuando yo elijo ser una persona amorosa, ese tipo particular de ser, “amoroso”, si de verdad lo estoy siendo, va a crear únicamente acciones amorosas. Un ser “Amoroso” no puede crear otro tipo de acciones. Si mi universo no está alineado en que yo soy amoroso es porque mis acciones no me han mostrado de ese modo en el mundo y por lo tanto, estoy recibiendo una información bien importante: no estoy siendo quien digo ser. No basta con decir que yo soy algo, requiero enrolar al mundo con mis acciones en que en verdad lo soy porque yo SOY EN EL MUNDO.

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Punto A y Punto B están en el mismo lugar y solo son posturas que tomo. Elijo que ya no soy “A”, ahora soy “B” y si mi mundo se enrola por medio de mis acciones en que lo soy, pues entonces lo soy.

El fin del Programa de Liderazgo es entrenarte a ser ese punto B todo el tiempo, en cada aspecto de tu vida, de tal modo que todas tus acciones estén alineadas con ese punto B y por medio de ellas, es decir, por medio de quién estás siendo, enroles a tu mundo en que lo eres. Un líder hace cosas que solo están disponibles al tipo específico de ser que llamamos “líder” y un líder enrola. Esa es la idea tras el programa de liderazgo, apoyarte a revelar por medio de tus acciones al tipo de líder particular que has declarado ser.

Bernardo Villar
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