El amor es un sentimiento complejo y difícil de entender. A menudo nos preguntamos qué es el amor, cómo se ve, cómo se siente y cómo se expresa. Aprender cómo entender el amor puede ayudarnos a sentirnos más plenos y conectados con nuestros seres queridos. En este artículo, exploraremos algunos consejos y reflexiones para entender mejor el amor.
Cómo entender el amor
La gente va por la vida buscando el amor, en todos lados, en todas las personas, muchas veces con cautela, otras con desesperación. Va esperando que alguien llegue traiga el amor a sus vidas. Es difícil saber cómo entender el amor
Entendemos el amor como una serie de emociones, actitudes y sentimientos que experimentamos hacia otra persona. Lo que no parecemos entender es que somos nosotros, cada uno por si mismo quien lo siente. Hemos aprendido que el amor nos lo da otra persona y ahí está la trampa: si el amor viene de afuera, estamos percibiendo varias cosas: primero, no estamos completos. Requerimos que alguien llegue a completarnos, segundo, no solo viene de fuera ese amor, sino que depende de que alguien, una voluntad ajena, nos lo de. Tercero, si alguien nos lo tiene que dar, debemos merecérnoslo; ¿cómo? Agradando a la otra persona.
Así lo vemos porque así nos enseñaron que era, y por eso mendigamos y condicionamos el amor.
Lo que quiero proponer en este artículo es la posibilidad de que no necesariamente sea de ese modo el amor. ¿El amor yo lo siento o “me lo hacen sentir”? Si soy yo el que lo siento, yo puedo ser responsable de ese sentimiento. El amor no se da, se demuestra, mediante acciones que hacen que yo o cualquier otra persona se “sienta amado”, y esa es una distinción importante, un asunto es amar y otra es “sentirse amado”. Lo que muchas veces buscamos no es que nos amen sino sentirnos amados y por ese sentimiento podemos hacer cualquier cosa.
Cuando yo quiero que me amen con un papel pasivo, cambio mi interpretación a “merecer” ese sentimiento. En ese caso, el amor se convierte en un premio que me dan si yo me muestro como la otra persona espera que me muestre, y del mismo modo, condiciono mis muestras de amor a las personas que, bajo este esquema, merecen que yo las ame.
¿Y qué tal si…?
¿Y si el amor no fuera algo que se merece? ¿Qué tal si el amor fuera una postura que se toma? ¿Qué tal si el amor no se condiciona? Si esto fuera cierto, el “amor” que se merece y que se condiciona, no sería amor. ¿Qué tal si pudieras ver las cosas desde otro punto de vista y pudieras interpretar eso que hoy crees que es el amor como algo que no lo es?
¿Qué tal si te inventaras la idea de que el amor lo siente cada quién y es responsable por él. De que el amor no se merece ni se da como chantaje, no se condiciona, sino que solamente se da? ¿Qué tal si sentirme amado no tiene que ver con merecer que alguien me haga el favor de amarme, sino que sea el resultado ineludible de mi dar mi amor? ¿Y si para sentirme amado no requiriera nada más que amar plenamente?
¿Qué manera de interpretar el amor te da poder y cuál te quita? ¿Un amor responsable o un amor víctima? ¿Un amor causa o un amor efecto?
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