Llévame con tu líder
En cada película de alienígenas, nos encontramos con estos bichos de diseños creativos que no pierden tiempo en llegar y aniquilar todo a su paso de manera irracional. Sin embargo, hubo un momento en la historia del cine de Hollywood en el que cuando un invasor extraterrestre llegaba a la Tierra, lo primero que decía era: “Llévame con tu líder”. No con tu jefe, no con tu presidente, sino con TU LÍDER.
Es importante destacar que aunque para muchas personas parezca que son la misma cosa, líder y jefe son términos diferentes.
Un líder no se limita a decirle a los demás qué deben hacer. Un líder es alguien que trasciende lo que existe y crea una visión poderosa, tan convincente que las personas a su alrededor la adoptan y se unen para hacerla realidad.
Por otro lado, un jefe, ya sea de un equipo, una institución o un estado, ocupa un puesto organizacional. Su responsabilidad es tomar decisiones sobre qué hacer y cómo hacerlo.
Idealmente, un jefe también debería ser un líder, pero muchas veces el líder no tiene el título de jefe. Un jefe dicta órdenes inapelables, mientras que un líder es quien hace que las cosas sucedan.
Tomemos el ejemplo de Gandhi. Él fue el líder de la India, pero nunca ocupó un cargo de jefe. Su visión atrajo a millones de personas para crear una nueva India, y su autoridad no provenía de un título, sino de la coherencia con la que vivía.
En el ámbito político, encontramos jefes de gobierno (con distintos nombres según el país) y estadistas. Un jefe de gobierno dirige su país durante su mandato, pero una vez que termina, otro ocupa su lugar y su gobierno se pierde entre muchos otros que no marcaron la diferencia. Un estadista, en cambio, tiene una visión de un país que aún no existe y se compromete con su realización. Sus acciones repercuten durante muchos años después de que su mandato ha terminado. Estos son los líderes que recordamos, aquellos que no solo son jefes, sino también líderes.
En los equipos deportivos, muchas veces el líder no es el capitán, aunque idealmente el capitán también debería ser el líder.
En cualquier organización humana, existen personas que tienen el poder de mandar y quienes inspiran para que las cosas sucedan. Está el que da órdenes y el que motiva.
La verdadera capacidad de transformación rara vez proviene únicamente del poder ejercido, sino más frecuentemente de aquellos que tienen la capacidad de inspirar a la acción, una acción que es elegida, no impuesta.
El liderazgo no es una posición de poder sobre las personas, sino un compromiso inspirador con los demás.
Si un visitante extraterrestre te pidiera que lo llevaras con tu líder, ¿a quién elegirías?
¿Cuáles son tus aspiraciones? ¿Deseas mandar o inspirar?
Reflexiona sobre cómo manifiestas tu liderazgo en el mundo.
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